viernes, 8 de julio de 2016

ESCUCHA Y TRIUNFA. Algo sobre el pollo frito.

Escrito para Healthy Company. El Salvador. Junio 2016

Esta semana alguien publicó -en la red LinkedIn- una fotografía del famoso Coronel Sanders creador de la receta que abrió la fama al pollo frito de la cadena KFC. La fotografía venía con algunos datos biográficos del Coronel mostrando una variedad de acontecimientos difíciles en su vida: la muerte de su padre cuando él tenía apenas 5 años, un matrimonio joven con un divorcio que conllevó la pérdida de sus hijos, y una suerte de eventos que lo presentan como alguien con mucha resilencia y perseverancia, y quien estando al punto del suicidio logró vender su famosa receta (después que 1,000 restaurantes la habían rechazado) haciendo una fortuna e historia de éxito en el negocio de las franquicias.

Queriendo escribir un artículo sobre la resilencia me dediqué a leer más sobre su vida y aunque efectivamente hay evidencia de su temprana orfandad y de circunstancias personales que le exigieron creatividad, trabajo perseverante y fe en sí mismo, lo que más me gustó fue descubrir la historia detrás de la historia. Y en ella se basan estas líneas que les comparto:
 
Su negocio original en Corbin, Kentucky, en el que ya ofrecía su famoso Pollo Frito tuvo que cerrar por cambios urbanísticos que él previó afectarían el tráfico de visitantes. Vendió su negocio y después de pagar sus deudas inició su viaje por el territorio estadounidense ofreciendo su receta y franquicia. Su famosa receta tiene once ingredientes que combinan para dar el característico sabor del producto. Él mismo preparaba el pollo en los lugares que lo ofrecía y a quien le gustaba le proponía una franquicia de CINCO centavos de dólar por cada pieza de pollo vendida. 
Durante dos años 1,000 empresarios del negocio de la comida lo rechazaron hasta que un empresario de bebidas encontró una oportunidad de incrementar sus ventas con el ofrecido pollo del Coronel Sanders. 

Hasta allí en cuanto a la perseverancia, creatividad, suerte y autoconfianza, pero lo que me impresionó de la historia detrás de la historia es leer que el comprador le pidió modificar la receta y aumentar la sal en ella. Esto fue desagradable para Sanders, quien estaba convencido que su sabor era inmejorable, pero escuchó. ESCUCHÓ. El empresario que obtendría la franquicia quería que sus clientes compraran más cerveza y necesitaba que tuvieran una mayor ingesta de sal buscando calmar su sed con más bebida. La sal (a pesar que al fundador no le gustaba) fue incorporada y el éxito del caso es historia.

¿Cuántas veces creemos que nuestra oferta es inmejorable y por no escuchar perdemos oportunidades de ser Grandiosos en lo que ofrecemos conformándonos con solo ser Buenos? ¿Cuán cara nos cuesta nuestra “perseverancia” que nos mantiene limitados a lo que hacemos? Si escuchamos a quienes nos rodean, si manejamos nuestra dosis de flexibilidad y humildad lograremos encontrar la ordinaria sal que nos sugieren, y que no solo completa nuestra exquisita receta sino que la potencializa a niveles no imaginables. Vive según tu potencial, busca ser Grandioso y no solo bueno en lo que haces.

Cuando Sanders vendió su restaurante original en 1950 obtuvo 75,000 dólares que se convirtieron en USD $105 después de deudas. El primer restaurante franquiciado se abrió en 1952 en Salt Lake. La franquicia luego fue vendida a un grupo empresarial, en 1964, por DOS MILLONES DE DOLARES y un salario anual de hasta DOSCIENTOS MIL DOLARES para Coronel Harland David Sanders por representar la marca con su imagen. Nuestro personaje vivió hasta 1980.

¡Escuchó, aceptó el cambio, y triunfó! Feliz Inicio del segundo semestre 2016.


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